El reciente estudio, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, concluye que la adopción de la Dieta Mediterránea contribuye significativamente a mejorar los síntomas de depresión en hombres jóvenes. Viene el resultado de este informe a sumarse a la larga lista de beneficios para la salud y el bienestar que atesora esta joya nutricional que es el Aceite de Oliva Virgen Extra, como componente esencial de la Dieta Mediterránea.

El mencionado estudio ha sido llevado a cabo por un grupo de investigadores australianos, tras un ensayo realizado a 72 adultos jóvenes, con un rango de edad comprendido entre los 18 y los 25 años. Durante 12 semanas, se crearon dos grupos, uno de ellos con Dieta Mediterránea y el otro fue el de control, al que se le sometió únicamente a terapia para reforzar las conexiones sociales.

No es éste el único estudio que ha venido a demostrar estos beneficios del aceite. Tal y como te mostramos en el video a continuación, otros estudios previos vinieron a defender el consumo del AOVE como aliado para combatir del depresión.

Los resultados fueron concluyentes, y mostraron cómo el grupo sometido a la Dieta Mediterránea mejoró tanto su calidad de vida como su estado de ánimo.

La investigadora principal del estudia, Dra. Jessica Bayes, de la Universidad de Tecnología en la escuela de salud pública de Sydney, aseguró a Neuroscience News, “nos sorprendió lo dispuestos que estaban los jóvenes a adoptar una nueva dieta», y añade que “los médicos y psicólogos deberían considerar derivar a los jóvenes deprimidos a un nutricionista o dietista como un componente importante del tratamiento de la depresión clínica”.

“Hay muchas razones por las que científicamente pensamos que la comida afecta el estado de ánimo”, dijo Bayes. «Por ejemplo, alrededor del 90% de la serotonina, una sustancia química que nos ayuda a sentirnos felices, se produce en nuestro intestino por nuestros microbios intestinales».

Por lo tanto, añade, “existe evidencia emergente de que estos microbios pueden comunicarse con el cerebro a través del nervio vago, en lo que se llama el eje intestino-cerebro. Para tener microbios beneficiosos, necesitamos alimentarlos con fibra, que se encuentra en las legumbres, frutas y verduras».